Las estafas por Internet son tan antiguas como la red misma. Es que la World Wide Web conecta a miles de millones de personas en todo el mundo, desde simples empleados a grandes magnates, y la tentación para los que buscan hacer dinero fácil es muy seductora.
Sin embargo, aunque las estrategias de fraude siguen siendo más o menos las mismas, lo que ha crecido es el terreno donde los estafadores “pescan” debido a la proliferación de compañías fintech y al crecimiento exponencial de las transacciones por vías digitales.
A esto hay que sumarle la remotización obligada de miles y miles alrededor del mundo por el efecto de la pandemia de coronavirus, lo que está haciendo que las vulnerabilidades que ya existían, se potencien.
El problema con las estafas por Internet ha crecido exponencialmente estos meses porque se le está poniendo demasiada presión a todo el sistema y la mayoría de los países y compañías no estaban suficientemente preparados.
En efecto, el fuerte incremento en el volumen de información que está circulando por la red, ya sea de personas, como de gobiernos y compañías, ha puesto más estrés que nunca al complejo entramado de Internet.
Allí, los hackers que se dedican a las estafas por Internet están encontrando una verdadera “mina de oro” para cometer delitos con cuentas de bancos, datos de compañías fintech, claves de seguridad de empresas e información en propiedad del Estado.
Estafas por Internet: Zoom en la mira
Un ejemplo con el que se puede ver muy claramente cómo está impactando la pandemia en las estafas por Internet es Zoom.
La plataforma de videos, que es la estrella entre las empresas de tecnología desde que se inició el problema del coronavirus, pasó de ser una aplicación marginal en el ecosistema de sistemas de teleconferencias mundiales a liderar el segmento.
Sin embargo, el altísimo uso actual (desproporcionado respecto de su estructura previa) hizo que se volviera una app muy tentadora para los cazadores de datos que buscan debilidades para atacar.
El propio CEO de Zoom, Eric Yuan, reconoció que debieron reforzarse para poder hacer frente al crecimiento, pero que hubo problemas de seguridad.
Cómo funciona la estafa con transferencias
Otro ejemplo interesante es el que expuso Kaspersky Lab en relación con las fintech y las estafas por Internet.
Según la compañía especialista en seguridad informática, una de las formas de estafa que está creciendo es engañar a profesionales independientes y freelancers que son clientes de bancos. Lo hacen a través de “transferencias erróneas”.
¿Cómo es el procedimiento? Un supuesto cliente le paga por adelantado a un diseñador gráfico –por ejemplo– por un trabajo a través de una transferencia. Sin embargo, la trampa está en que envía más dinero por “un error al consignar el valor en el smartphone”.
Supongamos que habían acordado honorarios por 2.000 dólares, pero le envía 3.000. De esta forma, el estafador le pide al freelancer que le devuelva el excedente (1.000), y que se los transfiera a otra cuenta.
Por supuesto, el diseñador, una persona honrada, no sospecha de alguien que paga por adelantado un trabajo y, a través de otra transferencia, le devuelve los 1.000 dólares sin dudar (ya tiene los 2.000 dólares de sus honorarios en su cuenta, ¿por qué desconfiaría?).
El problema del que alertan en Kaspersky Lab es que luego de un par de días, el estafador denuncia el robo de la tarjeta con la que se hizo la transferencia original (la de los 3.000 dólares) y el banco invierte la transacción.
Así, el diseñador pierde sus honorarios (los 2.000 dólares) y el excedente (los 1.000 que eran suyos), porque esa otra transacción, al no haber sido denunciada a tiempo, no se puede cancelar.
Estafas con Netflix
Otro informe de Kaspersky Lab dice que una de las nuevas formas de estafas por Internet se enfoca en aprovechar el auge de series y films de Netflix y Amazon Prime para “inyectar” maleware en computadoras personales.
De acuerdo con la compañía, en los últimos 12 meses se detectaron más de 22 mil ciberataques en los que los estafadores intentaron robar información (datos personales y de cuentas de bancos) a partir de series como Stranger Things, The Witcher, Sex Education y Orange Is the New Black.
Cómo evitar las estafas por Internet
Lo primero que debes hacer para evitar las estafas por internet se centra en una palabra: tiempo.
Así es, antes de comprar o hacer alguna transacción (enviar dinero a través de una fintech, por ejemplo) debes tomarte el tiempo necesario para verificar quién está del otro lado.
No es complicado, pero lleva algunos minutos más buscar los datos necesarios que te sumarán tranquilidad y, en algunos casos, te harán ahorrar un dolor de cabeza.
Por ejemplo, si vas a contratar algún servicio con alguna fintech, verifica que esté registrada en los organismos reguladores de cada país.
No es para nada difícil. En Perú, por ejemplo, basta con buscar en la web del Fintech Perú. Allí están todos los datos.
También rastrea comentarios de otras personas que hayan tenido experiencia previa con el banco o con la fintech.
En relación con las compras a través de Internet (Mercado Libre, Amazon o eBay, por ejemplo), revisa los antecedentes de ventas de cada usuario.
Por otra parte, desconfía de las grandes ofertas que llegan por correo electrónico masivo, en especial si ingresaron en las carpetas de “correo no deseado” o “spam” de tu cuenta.
Promociones demasiado baratas suelen ser una forma de captar tu atención para luego concretar estafas por Internet.
Cuidado con las redes sociales
Si vas a hacer transacciones a través de redes sociales, debes tener mucho cuidado.
En Facebook o Instagram es complicado verificar la identidad de los vendedores, por lo que tienes que estar muy seguro de que no se trata de una estafa antes de concretar una compra.
Evita comprar en efectivo por medio de giros postales o envíos directos de dinero, como Western Union, donde no podrás revertir la transacción si la contraparte no cumple con lo prometido.
Utiliza los pagos por homebanking de bancos y fintech reconocidas, con tarjeta de débito o crédito, que son formas que te permitirán hacer seguimiento de la transacción.